martes, 29 de enero de 2013

Condicionados

No hay más, somos como dos inocentes que mueren por besarse, por tocarse sin meterse mano, pegados el uno al otro sin estar agarrados y por ser libres con libertad condicionada. 

Llegar a Marte no es fácil.

Te acuerdas, recuerdas cuando lo único que tenias en aquel momento eran cuatro farolas descolgadas y al fondo la luna. Todo era negro, como una película sin final, como sentirse solo teniendo quien te acompañe. Algo así recuerdo.
Al principio todo es llevadero, como aquella noche... por ejemplo. Los últimos cinco minutos son trágicos, sola en medio del océano porque "quien" te acompañe no esta a tu lado. Vaya....
Que mentes tan prodigiosas tenemos! Si recordáramos cada error, o cada victoria la vida realmente no seria fácil. Demasiada información para tan poco tiempo de vida. 
Olvidamos, sin más, y seguimos andando hacia adelante... pisoteando el pasado y dibujando nuevas huellas que llegan a Marte. 
A aquella noche que contaba tristemente en dos párrafos anteriores, se une alguien. Las palabras a partir de ahora sobran porque quien me conoce no necesita más, un café quizás, para tomarse esto menos a pecho.